Existe una tribu en la isla de Tanna que espera la llegada de una divinidad a la que llaman «John Frum»: un dios que vendrá de los cielos para traer todo tipo de mercancías y bienes materiales.
Esta creencia viene instaurada por una experiencia que vivieron con las tropas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial: estas aparecieron arrojando desde los aviones todo tipo de provisiones. En la mente de los indígenas aquellas cajas que caían del cielo llenas de comida eran auténticos regalos de los dioses y aquellos aviadores, eran poderosas divinidades. Probablemente, algún aviador se presentó ante los nativos como «John from América» y ahí se grabó el nombre de su Dios «John Frum».
Una vez terminada la guerra habiéndose marchado los soldados, los nativos quedaron desconcertados. Entendieron que tendrían que repetir exactamente lo que habían visto hacer a aquellos dioses venidos de los cielos para que regresaran llenos de regalos. En la actualidad, cada 15 de Febrero siguen celebrando un ritual: se visten con monos y cargan un «fusil de palo» con la palabra USA trazada sobre su pecho. Siguen esperanzados de que Dios vuelva y los colme de regalos.
¿Qué significa esto y qué tiene que ver con la verdad? Pues para esta tribu, la verdad es que Dios les envió regalos. Para nosotros, esto es solo una falacia ya que fue el ejército americano dotando de provisiones a diferentes islas del Pacífico durante la II Guerra Mundial.
¿Cómo podemos saber entonces que las historias que nos contamos son LA VERDAD? ¿No sería mejor plantearnos si esa nuestra verdad está ayudándonos a colocarnos donde queremos, conseguir nuestros objetivos y en definitiva, a mejorar nuestro bienestar? Las historias las creamos nosotros a través de las experiencias que tenemos, pero si no nos ayudan, reescribámoslas.