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¿Cómo se forma el ego?

El ego se va formando en nuestra infancia como una máscara que nos defiende y nos protege del dolor

El ego es la parte de la personalidad que resulta de la adaptación al medio, a nuestro entorno. Por tanto, nuestra personalidad viene en parte condicionada por los genes, el temperamento, y en parte condicionada por cómo podemos desenvolvernos en el entorno donde crecemos (las investigaciones lo sitúan en torno al 50%-50% de influencia).

La personalidad se forma 50% por los genes y 50% por influencia del entorno.

Esa influencia, genética o ambiental, es suficientemente importante para condicionarnos pero no determina lo que somos, así que es más bien una mezcla de ambas lo que termina constituyendo nuestra personalidad.

Pues bien el ego, es aquella parte que resulta del entorno. Éste se va formando en nuestra infancia como una máscara que nos defiende y nos protege del dolor, así como para conseguir el amor que necesitamos para sobrevivir. Se identifica al ego como el conjunto de máscaras que usamos para poder desenvolvernos en el entorno.

Pero es este mismo entorno (tus padres, tus amigos, tu familia, tu comunidad…) donde empezamos a sentir que en nuestra personalidad, hay aspectos buenos y aceptables por los demás o que congenian con los valores del grupo; pero que también hay otros que son malos o inaceptables y que por lo tanto, no deben ser mostrados, deben ser reprimidos. Estos personajes los relegamos a las sombras ya que no consideramos que deban ser mostrados en público; no alardeamos de ellos porque simplemente consideramos que no son convenientes para nuestra cultura, aquella que sesga lo que debemos o no debemos sentir.

Así, creamos nuestras máscaras (que se ponen al servicio del ego), para desconectarnos de nosotros mismos, limitando que nuestros «yoes inaceptables» salgan a la luz. Con salir a la luz me refiero al reconocimiento a ello, desde la conciencia que también eso soy yo, eso también es parte de mí y como tal, lo reconozco para poder hacer algo al respecto.

Esto es una máxima en la humanidad, todos tenemos esos aspectos no tan aceptados que intentamos ocultar a nosotros mismos, dándoles poder para que seamos dominados por ello, por nuestro ego.

Así que si os interesa saber si el ego es bueno o malo, no habría una respuesta correcta para ello. El ego ha sido creado a partir de tí para protegerse del miedo y del dolor, esto es bueno. Pero si te dejas llevar de manera inconsciente por el ego puedes hacer(te) daño, sobreidentificándonos con él y alejándonos de lo que realmente somos tras la máscara; y esto no es muy bueno. Así que la conciencia, darle luz a esas sombras, es el único camino para conectar con nosotros mismos y recuperar lo que somos de verdad.