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Terapia para revertir homosexuales

La homosexualidad dejó de ser considerada trastorno mental allá por el 1973. El colectivo de LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y personas transexuales) no sabían lo que aún les quedaba por luchar. Casi 50 años después aún hay quien sigue considerándolos enfermos mentales o pecadores. Y si no, por qué una campaña en el que explicitan que estamos siendo engañados por ellos?

No creo que la polémica se haya reabierto ahora con el bus de Hazte Oir: «Los niños tienen pene. Las niñas tienen vuelva. Que no te engañen». Lo que sí creo que nuestro deber como miembro de esta sociedad es hacernos oir, como bien proclama el título de esta campaña. Y no vengo aquí a exponer mi opinión, sino a dejar datos históricos que demuestran la desfachatez de la campaña publicitaria.

Antes de 1973 se consideraba la homosexualidad como una enfermedad, prescribiéndose tratamiento curarla. El tratamiento más recomendado por psiquiatras y psicólogos era el tratamiento farmacológico (hormonas) acompañado de terapia psicológica: era la llamada terapia de conversión o de reorientación sexual. El objetivo de esta terapia era «convertir» a los homosexuales en heterosexuales. Así de explícito. Tras numerosos estudios que evidenciaban la ineficacia de la terapia de conversión, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), que es el organismo encargado de determinar qué es una enfermedad mental y qué no (y por tanto si dicha enfermedad debe ser tratada farmacológicamente), determinó que la homosexualidad no es una enfermedad mental; la APA, decidió eliminar la homosexualidad de su Manual de los Trastornos Mentales (DSM).

Es algo sorprendente ya que este organismo está financiado por la industria farmacéutica, quien establece qué tipo de fármacos se utilizan para cada trastorno o para cualquier conducta que se salga de la «normalidad», por tanto, cuanto más trastornos mentales existan en su manual, más fármacos necesitarán esos «trastornados» y más dinero ganarán. Crean problemas para darnos soluciones con las que ellos se enriquecen. Puro capitalismo.

Entonces, por qué se eliminó la homosexualidad del manual de los trastorno mentales? Más de 83 estudios científicos demostraron que la homosexualidad ni se cura ni es una enfermedad mental. Tras analizar los resultados de la terapia de conversión, los resultados fueron catastróficos: no se conseguían esa buscada conversión sino que lo que conseguía la terapia era crear aversión por cualquier relación íntima y sexual. Al condicionar la homosexualidad a estímulos desagradables, los pacientes perdían el interés homosexual pero eso no hacía que sintieran deseos heterosexuales. Por tanto lo que dicha terapia de conversión conseguía era pacientes que perdían el interés sexual y que además, habían aprendido que su interés sexual predominante era algo malo, enfermo o diabólico.

Estos esfuerzos por reorientar la sexualidad no sólo eran infructuosos sino que además derivaban en problemas de ansiedad, depresión e incluso en algunos casos, el suicidio. Los resultados indicaron que la verdadera problemática de las personas pertenecientes al colectivo LGBT es la presión a la que siguen sometidos por un entorno que aún los considera enfermos mentales o pecadores. Después de casi 50 años aún sigue habiendo personas que lo consideran trastornados mentales y ese es el sufrimiento real: no ser aceptados. No es la orientación sexual una enfermedad, sino que lo que realmente puede llegar a provocar patologías mentales es un entorno hostil en el que la persona se sienta criticada y juzgada por algo que no han decidido, su orientación sexual o su identidad de género.

Entonces, qué ocurre en 2017 que aún podemos ver este tipo de imágenes?

Campaña de Hazteoir en autobuses de Madrid
Campaña de Hazteoir en autobuses de Madrid.

Si las repercursiones de la terapia de conversión eran catastróficas, imaginad las repercusiones que puede tener un niño que no se sienta identificado con su cuerpo, con su género. Y que además lee este tipo de mensajes en la calle. Entonces, ese niño que tiene pene pero que se siente como una niña, nos está engañando? Los argumentos a favor de esta campaña promueven que dejemos a los niños actuar en libertad, sin manipulaciones externas. Sinceramente, no creo que ningún padre, colegio u otra institución manipule a su hijo para cambiar su preferencias sexuales o cambiar su género. Con todo el esfuerzo y la lucha que ello conlleva.

Por tanto si tienes  un familiar al que te gustaría ayudar, un amigo al que no sabes qué le ocurre, bríndale tu apoyo, sea hetero, homo, bi, trans o asexual. Comprende lo difícil que debe ser no reconocerte en los cánones que la sociedad ha impuesto y en los cuales «debemos» encajar. No son enfermos. La patología mental la podemos provocar nosotros, su alrededor, con nuestro comportamiento y actitud hacia los demás, sea cual sea su orientación sexual, su identidad de género, su color de pelo o su estatura. Seamos responsables del poder que tenemos.

Si quieres leer más: comunicado del Colegio Oficial de Psicólogos (COP).