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Qué puedes hacer tú para mejorar la autoestima de tu hijo

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Muchos son los padres y madres que se preguntan qué pueden hacer ellos para promover un desarrollo óptimo de la autoestima de sus hijos. La respuesta es mucho.

Durante la niñez, los primeros años del desarrollo de la autoestima de una persona, las personas más importantes de las que tomamos referencia son las personas más cercanas, nuestros padres. Ellos son nuestros primeros modelos, nuestros primeros héroes y admiradores, por tanto su opinión y la imagen que nos transmitan de nosotros es fundamental para la imagen que vamos formando de nosotros mismos, nuestra autoestima. Entonces si podemos influir tanto en ellos, ¿por qué no ayudarlos en mejorar?

La autoestima es fundamental para alcanzar calidad de vida, para desarrollar al máximo nuestros recursos potenciales y percibirnos como competentes dentro de nuestros diferentes ámbitos: al principio será en la escuela, luego en la universidad y más tarde será en el trabajo. Pero no sólo eso, también influye en lo más importante que es la relación con nosotros mismos, si nuestra percepción de nosotros mismos es negativa, tendremos dudas, estaremos incómodos, pensaremos que no podremos conseguirlo o que ese premio no nos lo merecemos.

Es vital trabajar por nuestra autoestima, por la relación con nosotros mismos. Al final, somos nosotros mismos el único compañero incondicional que tendremos durante el viaje de la vida. Y como padres, también podemos enseñarles a nuestros hijos como empezar a quererse. El primer paso es demostrándole nuestro amor, nuestra admiración y confianza en su valía.

Aquí os dejamos algunas ideas para que podáis ir empezando:

  1. Dedícale un tiempo sólo para él o ella.

Dedica regularmente un tiempo de atención individualizada. Durante ese tiempo, háblales con naturalidad y positividad de su identidad y de sus características físicas, de lo que han hecho durante el día y de cómo se sienten. Son únicos (todos somos únicos) y debemos transmitirle la idea de que son especiales, ya que es la única forma de que aprendan a querer todas las características que los conforman.

  1. Asegúrate de que pueda dar lo mejor de sí mismo en casa.

Asegúrate de que tus hijos puedan participar fácilmente en las tareas de la casa y ofrécele actividades diversas que permitan el uso de sus mejores habilidades. Por supuesto, adaptándole la dificultad de la tarea al nivel de desarrollo que posea. Es una buena forma de empezar a sentirse competentes y realizados como individuos.

  1. Enséñale a entrenar su cerebro en positivo.

El niño, al igual que el adulto, posee un cerebro programado para sobrevivir, por lo que tiende de forma natural a fijarse en las señales de rechazo y recordarlas (es supervivencia, ya que los estímulos amenazantes son más peligrosos para sobrevivir, por lo tanto deben ser recordados). Por tanto, hay que entrenar al cerebro en positivo. ¿Cómo se hace? Empieza por reconocer aquellas áreas, momentos y vínculos positivos en su vida; por ejemplo, usando esta estrategia: “Me felicito a mí mismo por…”; “¿Qué he hecho hoy de lo que me siento orgulloso?”. No tiene por qué ser nada extraordinario, sólo momentos felices. Empieza por practicar la estrategia con el niño dos minutos todos los días (un buen momento es cuando están en la cama antes de dormir), durante al menos un par de semanas. Así empiezan a desarrollar este hábito de “mente en positivo” antes de dormir, ayudando a alejar pensamientos negativos de miedo durante la noche, y por supuesto las terribles pesadillas nocturnas que algunos niños padecen.

Si quieres, también puedes compartir con él los mejores momentos de tu día, así verá la importancia de compartir los buenos momentos y se sentirá especial.

  1. Enséñale a no compararse tanto con los demás.

Si no deja de compararse con los demás, ¡no puede ganar! Casi siempre habrá alguien que haga algo mejor que él y tendemos a comparar nuestros puntos débiles con los puntos fuertes de los demás… ¡Eso es trampa! Lo ideal es enseñarle a evaluar sus propios progresos, el esfuerzo que ha sido capaz de hacer. Enséñale a compararse consigo mismo, a centrarse en sí mismo y en sus resultados.

  1. Desarrollar una buena autoestima no implica proteger siempre al niño de las emociones negativas.

Los últimos estudios sobre autoestima insisten en que intentar proteger a los niños a toda costa de sus sentimientos de tristeza y frustración no favorecen su autoestima. ¿Por qué? Porque la tristeza y la frustración son parte inherente de la vida, hay que aprender a tolerar esas emociones y una buena tolerancia implicará un buen desarrollo emocional y mejor calidad de vida. Por tanto, la sobreprotección paternal en este aspecto impide que los niños desarrollen esa capacidad que necesitan para su vida. No siempre conseguimos lo que queremos ni nos sentimos deseamos, tenemos que aprender a experimentarlo todo.